Cómo diseñar una interfaz de usuario para una aplicación
Cuando estás diseñando una app tienes que tener en cuenta muchos factores: que la experiencia del usuario sea positiva, que visualmente es agradable o que se adapta a todo tipo de dispositivos, como tablets, móviles u ordenadores de sobremesa. Hoy nos vamos a centrar en uno de los puntos clave en el desarrollo de aplicaciones: el diseño UI, o User Interface. ¿Quieres conocer cómo diseñar una interfaz de usuario para una aplicación? ¡Has llegado al sitio perfecto!
¿Qué es el UI?
Piensa en una app. Ahora, compárala con otra. ¿Verdad que visualmente no son iguales? El diseño de los elementos que hacen distinguirse a una aplicación, ya sean los botones, los colores, la tipografía o las imágenes, se conoce como UI. Pero el diseño de interfaces va más allá y es que también se ocupa de todo lo relacionado con la interacción de los usuarios.
Para garantizar que la aplicación en cuestión va a cumplir sus objetivos conviene que, como diseñador, prestes atención a los siguientes factores:
- Que la visibilidad sea correcta: parece lógico pero muchas veces usamos aplicaciones en las que nos cuesta encontrar lo que buscamos o la pantalla no se ve correctamente. Hay que tener en cuenta que pueden acceder a ella personas mayores o con problemas de visión.
- Que el usuario sepa completar todo el proceso: de nada sirve que la aplicación sea estéticamente atractiva si funcionalmente tiene errores. Si los usuarios no consiguen completar el proceso de compra, por ejemplo, se sentirán frustrados y difícilmente volverán a utilizarla. Y mucho menos recomendarla.
- Mantener la coherencia: todos los elementos gráficos deben tener una coherencia, especialmente entre pantallas. Por ejemplo, si los botones para hacer clic son rojos en la primera pantalla, es recomendable que se mantenga el mismo color en el resto para que el usuario pueda identificarlos a simple vista.
- Hacer un diseño minimalista: menos es más, ya lo sabes. Cuanto más ordenada y sencilla sea la interfaz, más fácil será utilizarla. Céntrate en destacar los elementos de la aplicación en los que quieres que se fije el usuario, como las llamadas de atención y botones.
- Prueba la aplicación: el punto más importante: probar la app. Ve haciendo distintos testeos con usuarios para comprobar dónde falla o dónde hay errores de diseño.
¿Cómo desarrollar una interfaz de usuario?
Ahora que ya conoces las nociones básicas ha llegado la hora de ponerse manos a la obra. ¿Cómo desarrollar una interfaz de usuario? En primer lugar, deberás seleccionar los colores, las fuentes y el formato de la aplicación. No olvides ponerte en el lugar del usuario y tener en cuenta los dispositivos en los que se va a lanzar. Te lo explicamos más detalladamente:
1. Elige los colores
Si hay algo que identifica a una app es su color. Por eso, para hacer un buen diseño deberás elegir la paleta de colores con la que vas a trabajar. No te aconsejamos usar un número excesivo. Recuerda que buscamos la funcionalidad más que la estética. Tampoco elijas colores al azar. ¿Qué quiere transmitir la marca? Si la empresa tiene como seña de identidad la sostenibilidad, por ejemplo, lo más acertado será usar tonalidades verdes. Si se caracteriza por su optimismo y vitalidad, una buena opción serán los tonos amarillos y anaranjados. Dicho esto, siempre hay que seguir las directrices de la compañía con el fin de respetar su imagen corporativa.
2. Selecciona un tipo de fuente
Una vez que tenemos una idea clara de los colores que vamos a utilizar para el desarrollo de la app toca elegir la tipografía. Aquí también hay que contar con la aprobación de la marca ya que es muy probable que ya cuente con sus propias fuentes. En el caso de que tengas más libertad para seleccionarlas, te recomendamos que consideres dos aspectos importantes: que sea agradable a simple y vista y que se pueda leer con facilidad. Recuerda que hay que pensar en todos los posibles usuarios que la vayan a usar y en los distintos dispositivos para los que se está desarrollando la aplicación. Una letra muy pequeña puede ser prácticamente ininteligible si abrimos la app en un móvil y una muy grande corre el riesgo de estropear la estética.
3. Emplea archivos con el formato adecuado
Si quieres evitar que la velocidad de carga sea excesiva o que se bloquee la aplicación porque no se pueden cargar archivos, como fotos o vídeos, usa formatos compatibles con el sistema operativo del dispositivo. Android permite utilizar imágenes .jpeg, .png, .bmp, .gify .webP mientras que para iOs se recomiendan .jpeg, .png, .bmp y .tiff.
4. Ponte en la piel del usuario final
Te lo hemos aconsejado durante todo el artículo. Para desarrollar una buena interfaz de usuario tienes que ponerte en su piel e imaginar dónde puede encontrar dificultades en su uso. Algunas herramientas de diseño como Figma permiten hacer tests con los prototipos creados. Toma como referencia el tipo de público para el que va a ir dirigida la aplicación teniendo en cuenta también su accesibilidad.
5. Diseño multiplataforma
Una misma aplicación puede ser utilizada en varios dispositivos: un teléfono inteligente, una tablet o un ordenador de escritorio, por ejemplo. Por ello, tu diseño tiene que ser adaptable para que no pierda su funcionalidad en ninguna plataforma. Este tipo de diseño se conoce como responsive design. Muchos desarrolladores de interfaces de usuario aconsejan hacer un primer diseño basándose en la pantalla de un teléfono móvil. Una vez estructurado, ya se podría comenzar a trabajar para pantallas más grandes.
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