El juego en Educación infantil
¿Te gustaría trabajar con niños y niñas de 0 a 6 años y te estás planteando estudiar un título de Técnico Superior en Educación infantil online? ¿Sabías que una de las principales asignaturas de esta titulación está centrada en el juego en Educación infantil? Efectivamente, durante el primer año de formación aprenderás a fomentar el desarrollo cognitivo de los más pequeños a través de juegos y todo tipo de actividades lúdicas. ¿Quieres conocer cuáles son sus beneficios? ¡No pierdas detalle!
¿Cuáles son los objetivos del juego en Educación infantil?
Los principales objetivos del juego en Educación infantil son:
- Fomentar la salud y el bienestar de niños y niñas.
- Aprender a controlar los movimientos para identificar posibles limitaciones. Se trata de ganar autonomía en la realización de actividades cotidianas.
- Incentivar las relaciones interpersonales con otros niños y niñas, pero también con personas adultas.
- Desarrollar la empatía y el interés hacia los demás. Hay que evitar cualquier enfrentamiento derivado de la competitividad.
- Explorar el entorno y observarlo con atención para que los niños y niñas sean conscientes de todo lo que les rodea.
- Recibir estímulos que potencien los sentidos así como las capacidades cognitivas, físicas y sociales.
- Aprender a interpretar las normas de cada actividad para llevarlas a la acción. Es decir, potenciar la comprensión lectora.
- Identificar qué comportamiento es el correcto a la hora de jugar con otros niños, niñas y adultos. El respeto es imprescindible.
- Mejorar las habilidades comunicativas, ya sea usando el lenguaje verbal como el no verbal.
- Desarrollar la creatividad y la imaginación a través de actividades que estimulen la capacidad de inventiva y de pensamiento de los más pequeños. Por ejemplo, creando historias, plasmando ideas en dibujos o haciendo figuras con piezas de colores.
¿Qué beneficios tiene el juego en Educación infantil?
En tiempos de Platón o Aristóteles ya se hablaba del juego como una herramienta fundamental para el desarrollo mental y sensorial de los más pequeños así como para la transición a la vida adulta.
Otras personalidades, como Piaget y su Teoría del desarrollo cognitivo, también le dieron la importancia que merecía. Según el psicólogo, gracias al juego los niños y niñas pueden explorar, poner en práctica sus propias ideas y desarrollar su intelecto, todo ello en un entorno seguro.
Pero estos no son los únicos beneficios del juego y es que también permite desarrollar habilidades psicomotoras, estimular el desarrollo cognitivo, mejorar las habilidades sociales y potenciar el desarrollo emocional. A continuación te damos algunas claves:
Desarrollo de habilidades psicomotoras
Es muy importante que, desde una edad muy temprana, los niños y niñas comiencen a realizar actividades lúdicas. ¿Por qué? Porque, a la vez que pasan el tiempo divirtiéndose, están desarrollando habilidades motoras como la coordinación o la manipulación de objetos. Esto es fundamental para escribir, aprender a caminar o mantener el equilibrio, por ejemplo.
Desarrollo cognitivo
El juego es una herramienta muy valiosa para obtener información sobre nuestro entorno. Cuanto mayor sea el número de estímulos, mucho mejor. Por ello, siempre se recomienda que los bebés, niños y niñas manipulen juguetes con distintas texturas, colores y sonidos. De esta forma, se empezarán a habituar a objetos de la vida cotidiana y tendrán una mejor relación con el medio que los rodea.
Desarrollo de las habilidades sociales
Jugar solo puede ser divertido y estimular nuestra creatividad pero hacerlo acompañado también tiene sus ventajas. La principal, el desarrollo de nuestras habilidades sociales. ¿Algunos juegos que pueden ayudar a fomentarlas? Por ejemplo, la búsqueda de objetos por equipos, bailar por parejas o cantar en grupo. Gracias al juego, los niños y niñas también pueden familiarizarse con el cumplimiento de normas o, incluso, con la resolución de posibles conflictos.
Desarrollo emocional
No podemos olvidarnos del desarrollo de las emociones. En muchas ocasiones, especialmente cuando pierden en un juego, los niños y niñas pueden llegar a sentir rabia y frustración. Este comportamiento es normal pero es importante que comprendan que deben canalizar sus emociones. Asimismo, es fundamental que sientan seguridad a la hora de expresar sus miedos y preocupaciones. En este punto, el papel de los adultos será el de guiarlos para que aprendan a buscar soluciones y a aumentar su autoestima.
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